El palo mas caro del mundo

En una colonia desconocida que aun no aparecía en los mapas, ubicada mas allá de las limites de la ciudad, justo allá por donde el viento se regresa y ni los buitres se atreven a entrar, vivia una famila en una casita de apenas 2 mts. x 2 mts.

Ahi tenian una litera donde la cama inferior realizaba la función de recamara conyugal y la superior era la recamara del niño.

En el mismo cuarto tenían el baño y cocina, día con día a la hora de comer se mezclaban los aromas de las heces fecales con el de los guisados que la señora de la casa preparaba para deleitar a su pequeña familia.

Un buen dia de tantos llego el rey del hogar como burro en primavera y con un enorme paquete entre las piernas, el cual se frota suavemente una y otra vez al mismo tiempo que dice a su esposa:

- Vieja!!! Vieja... mira!!!... mira lo que te traigo...!!! ando bieeen caliente... quiero coger...!!!

- Ay viejo que cosas dices...te va a escuchar el niño.

- Pero vieja, es que ando bien caliente, me estoy chorreando.... anda vieja, no seas mojigata... deja te echo un palo.

- Pero viejo, ahi esta el niño y nos puede ver.

El marido desesperado por desahogar esa calentura, muy discretamente y sin que el niño se diera cuenta, se desabrocha el pantalon y saca un artefacto de un poco mas de 20 cms. de largo y de la cual escurria en abundancia un extraño liquido blanquecino, pegajoso y de aspecto lechoso que parecia fuera de este mundo y le dice a su esposa:

- Vieja... mira de lo que te estas perdiendo... mira todo lo que te puedes tragar... vieja!!!

La señora al ver la impresionante rigidez del gran paquete de su marido, le brillaron las pupilas con una intensa luz de lujuria, un intenso calor le quema el pecho y un fuerte temblor le recorre las piernas. - Ay viejo... ya hiciste que se me antojara, mandemos al niño a la tienda.

- No vieja!... no seas pendeja!!!... la tienda esta en la esquina y no alcanzaria ni para una mamada.

- Entonces... ¿Como le hacemos viejo?

- Ah!!! ya se - Dijo el marido. - A ver Carlitos... ven para acá, vamos a jugar un juego nuevo.

- ¿Un juego nuevo papi? ¿Deveras? - Dijo el niño

- Si, mira te subes a la azotea y vas a contar la gente que pase, por cada persona te voy a dar diez pesos.

- Ya vas!!! - Dice Carlitos muy emocionado y se sube de inmediato a la azotea, mientras el papa aprovecha para desahogar en su mujer todo ese calor que lo consume y deja caer de un solo golpe y sin lubricante todo el equiPITO.

La señora sintió que se le desgarraba el alma, la matriz le cambio de eje y los segundos se le hicieron muuuuy largos, araño el suelo con violencia y saco un poco de petroleo del subsuelo, lanzo un fuerte aullido de dolor y dijo a su esposo:

- Ahhhhhhgggg... aahhhhh. aggghhhh... ahhhhhhh!!!... viejo!!!! hmmmmmmmm!!!

Mientras tanto en lo mas alto de la azotea de la pequeña casa, Carlitos muy entusiasmado contaba a la gente que pasaba:

- Apaaa!!! apaaa!!! ahi viene una señora, ya me debe diez pesos!!!

- Apaaa!!! apaaa!!! ahi vienen unos novios, ya me debe treinta pesos!!!

- Apaaa!!! apaaa!!! ahi viene un viejita, ya me debe cuarenta pesos!!!

- Apaaa!!! apaaa!!! le va a salir bien caro el palo... ahi viene un desfile!!!